La ministra Montaldo distinguió a la maestra elegida entre las cinco mejores de Argentina

La ministra de Educación, Susana Montaldo, visitó la Escuela N.° 142 “Armando Andrés López” de la localidad de Árbol Solo, en Ranchillos, con el objetivo de conocer de cerca el trabajo de la comunidad educativa respecto de la jornada extendida vinculada con el plan de alfabetización. Además, distinguió a la docente Olga Patricia Amaya, seleccionada por la fundación Varkey entre las 5 mejores de Argentina para ser parte de una campaña nacional que busca valorar la tarea educativa. 

En la oportunidad, acompañaron a la ministra el comisionado comunal de Ranchillos, Luis Del Campo; y la supervisora de la zona 41, María de los Ángeles de Haro; quienes fueron recibidos por la directora anfitriona, Libia González.

Luego de la visita, que incluyó una obra de teatro con títeres, la ministra Montaldo, expresó: “Olga Patricia Amaya, que es la docente de aquí, de Árbol Solo, que se distingue, representa a muchos docentes de la provincia con su trabajo silencioso, cotidiano y la vocación docente de estar cerca del niño, de acompañarlo, de motivarlo. Así que en ella yo felicito a todos los docentes de la provincia que trabajan con gran compromiso para mejorar la calidad educativa, que es mejorar el futuro de estos chicos”.

Sobre el logro de la maestra a nivel nacional, la funcionaria destacó que “Esto en parte ha sido posible también porque los chicos tienen jornada extendida, están 7 horas de clase, también tienen comedor aquí en la escuela y las 7 horas ha permitido tener maestros especiales.  El juego, el teatro con títeres es fundamental para los chicos, cuando juegan van aprendiendo, se entusiasman, se comprometen”.

A su turno, el comisionado Del Campo, dijo: “La verdad que un orgullo no solo para Ranchillos, sino para la provincia, ya que es a nivel nacional. Es algo que realmente demuestra que hay un buen trabajo en equipo, que hay un buen trabajo docente, que hay un buen trabajo a nivel directora, y sobre todo, que hay un buen trabajo también a nivel ministerio. Le agradecemos a la ministra que nos haya visitado, que haya podido ver la obra de teatro de los chicos, que vea lo que están haciendo y el cariño que le tienen hacia su persona, hacia los docentes y hacia todas las personas en particular que se acercan a esta escuela”.

Por su parte, Libia González, afirmó: “Muy contentos por este reconocimiento que ha recibido la docente y la visita de la señora ministra nos llena de orgullo porque es mostrar lo que trabajamos todos los días. Esta docente trabaja así, pero también todo el equipo. En Tucumán hay muchos buenos docentes, solamente nosotros somos una cara, pero este es un trabajo de toda la comunidad, de los chicos, sobre todo, de las familias que nos acompañan y de los docentes que son los que están atrás ahí haciendo el engranaje para que esto funcione”.

La historia de Olga Patricia Amaya

Patricia Amaya, conocida por los niños como “Seño Patricia”, enseña lengua y matemática en quinto grado. Su historia cobró relevancia al ser seleccionada por la Fundación Varkey, una organización dedicada a la alfabetización en Latinoamérica, gracias a su proyecto de alfabetización a través de un taller de títeres. Así, lo que inició en la jornada extendida, se expandió a toda la escuela y la llevó a ser una de las cinco historias seleccionadas entre aproximadamente 200 postulaciones, siendo la única docente elegida por su proyecto y trayectoria personal.

La “Seño Patricia”, así describe su camino al reconocimiento: “La directora me postuló hace dos meses con una historia de alfabetización a través del taller de títeres que nosotros hacemos en la jornada extendida, que se hizo extensivo toda la escuela, tanto en el turno mañana como en el turno tarde. Cuando ellos me llaman, me sorprenden porque no sabía yo de la postulación”.

Sobre la distinción de la ministra, contó: “No esperábamos la visita de la ministra, pero feliz porque se haya llegado, pero más que nada porque se hace visible el trabajo de la escuela, de lo que trabaja la directora, los compañeros, los niños, los padres y también porque la supervisora es una señora que nos alienta a mejorar”.

Sobre la vocación de enseñar, dijo emocionada: “La vida del docente muchas veces es una vida perseverante. Yo he pasado muchas dificultades económicas en la juventud hasta que pude estudiar y pude concursar por este cargo titular que hoy tengo hace 18 años. Me acuerdo de todo ese recorrido, del sacrificio mío. Hoy veo la felicidad de mis alumnos y eso me llena de emoción, de verlos felices porque ellos están felices por mí”. 

Skip to content